AZÚCAR PARA LA
SUERTE
Poldy
Bird
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Tomá. Este sobrecito de azúcar es para la
suerte. No, no lo uses, no lo eches en el té, guardalo. Ponelo
en un bolsillo de tu cartera, o en un cajón de la cómoda.
¿Vos no creés en estas cosas? Si, seguro que creés
Todos creen, aunque digan que no.
Todos hicimos alguna vez un pilato, cruzamos los dedos mientras
jurábamos mintiendo.
Pero fundamentalmente vos estás segura de que yo te comprendo,
de que yo te quiero, de que somos amigas, por más que me
conozcas por fotos y yo no pueda dibujar tu rostro exactamente
en mi memoria, así, con esa mirada y esa sonrisa y ese color de
piel.
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En
realidad lo que conozco bien es tu manera de sentir: los motivos
de tu insomnio, de tus lágrimas, de tus alegrías. Me parece
que podría dibujar, eso, si, exactamente, tus sueños.
Y este sobrecito de azúcar que tocas aquí, en el renglón número
"tanto" de esta pagina (cuidado, que no se rompa,
va a ser como un panadero soplado en la siesta de verano,
puro copito de algodón desparramado el azúcar si se cae) lo
robé de la mesa de un bar para dártelo a vos.
A
vos que sos de sagitario como yo, o de acuario como mi hija,
o...¿de qué signo sos?
Este sobrecito de azúcar hará que todos los planetas estén
bien espectados para vos.
Que tengas tanta ganas de vivir, que nada te las pueda anestesiar.
Hará que entiendas que la libertad no es algo que nos llega
de afuera, una imposición, una dádiva, un regalo, una gracia,
sino que es algo que tenemos adentro, que nos pone alas en
la mente y en el corazón, para que nuestras ideas y nuestros
sentimientos puedan volar aunque nos tengan encadenadas a
una silla, amordazadas, quietas, entre rejas, amenazadas.
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Lo que sale a volar es el alma..., la que viaja es el alma, por
lluvias que enhebran las cuentas del arco iris ...de siete mil
colores.
Y a esa alma no la hieren las mentiras, porque no le llegan. Y
no la perturban las sombras, porque ella es como una invencible
mariposa de luz.
Cada granito de azúcar de este sobre es una armadura para que te
defienda.
Cada granito de azúcar es una hora de un recuerdo que no querés
que se pierda: es un poquito de infancia en la casa de la
abuela.... Y es un ratito de la noche en que nuestra prima mayor
se quedaba a dormir en casa y escuchábamos embobadas sus
historias de amores y de bailes girando interminablemente...
Y es mamá adornando con rositas de organza la torta de nuestro
cumpleaños, cuando se cumplían los tres deseos que pedíamos al
soplar las velitas... Y es la abuela paciente enseñándonos a
tejer en punto santa clara una bufanda que nos llegaba hasta los
pies.
Y es la maestra de quinto grado, tan linda, tan alta, tan
elegante y tierna, poniéndonos en el cuaderno un muy bien diez
que despertaba el orgullo de papá.
Y es el rouge rosa claro con el que pensábamos que parecíamos
más mujeres.
Y la gota de esmalte que cortaba la corrida de la media de
nailon.
Y el chico que no quería dejarnos ver la película en el cine del
barrio, enamorado y ávido.
Un puñadito para todos: el sello del primer voto en la libreta
cívica, una manifestación disuelta con gases lacrimógenos que
casi nos asfixian, los paraísos talados en toda la cuadra de
casa, la sortija de casamiento, el bebe chiquitito que nos
convirtió en diosas, el miedo de morirnos antes de que fuera
grande y pudiera valerse por sí mismo.
Las cartas de los amigos que se fueron a vivir a otros países,
los discos de Sui Generis... Y cómo las cosas que amábamos se
iban disociando: los Beatles, el café semanal de las cuatro
mosqueteras......Qué sé yo.
Transformá cada granito de azúcar en lo que quieras.
En un recuerdo, en una persona, en una esperanza, en un regreso.
Por qué no en un regreso, si al final las historias son un poco
círculos concéntricos que se van repitiendo, unidas en un punto
que quién sabe cuál es.
Pero acordate que el sobrecito te lo di yo.
Que te tuve en cuenta.
Que sé que estás ahí. Que cuando escribo siempre estoy buscando
algo para dejar entre tus manos.
Y vos sabes donde podés encontrarme.
Triste, o contenta, enamorada, o rota, pero cercana y tibia, y
toda, toda, de verdad, en estas palabras.
Este sobrecito de azúcar guardalo bien.
Te va a dar suerte, estoy segura.
A mi una vez me regalaron uno y me dijeron lo mismo....
Y fue verdad.
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