La Terrible Sinceridad

de Roberto Arlt
Fragmento
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"No
mire lo que hagan los demás. No le importe un pepino lo
que opine el prójimo. Sea usted, usted mismo sobre todas
las cosas, sobre el bien y el mal, sobre el placer y
sobre el dolor, sobre la vida y la muerte. Usted y
usted. Nada más".
" Y será fuerte como un demonio entonces. Fuerte a pesar
de todo y contra todos. No importe que la pena lo haga
dar de cabeza contra una pared, interróguese siempre, en
el peor minuto de su vida, lo siguiente: “¿Soy sincero
conmigo mismo?”
Y si el corazón le dice que sí, y tiene que tirarse a un
pozo, tírese con confianza. Siendo sincero no se va a
matar, porque no se puede matar. La vida, la misteriosa
vida que rige nuestra existencia impedirá que usted se
mate tirándose al pozo. [...]
Me dirá usted: “¿Y si los otros no comprenden que soy
sincero?” ¡Qué le importa a usted de los otros! La
tierra y la vida tienen tantos caminos con alturas
distintas, que nadie puede ver a más distancia de la que
dan sus ojos.
[...] Me dirá usted: “¿Y si me equivoco?” No tiene
importancia. Uno se equivoca cuando tiene que
equivocarse. Ni un minuto antes ni un minuto después.
¿Por qué? Porque así lo ha dispuesto la vida, que es esa
fuerza misteriosa. Si usted se ha equivocado
sinceramente, lo perdonarán. O no lo perdonarán.
Interesa poco. Usted sigue su camino [...]
La sinceridad tiene un doble fondo curioso. No modifica
la naturaleza intrínseca del que la practica, y sí le
concede una especie de doble vista, sensibilidad
curiosa, y que le permite percibir la mentira, y no sólo
la mentira, sino los sentimientos del que está a su
lado.
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Hay una frase de Goethe, respecto de este estado, que
vale un Perú. Dice:
"Tú que me has metido en este dédalo, tú me sacarás de él"
Vea, amigo: hágase una base de sinceridad, y sobre esa cuerda
floja o tensa cruce el abismo de su vida, con su verdad en la
mano y va a triunfar. No hay nadie, absolutamente nadie, que
pueda hacerlo caer. Y hasta los que hoy le tiran piedras, se
acercarán mañana a usted para sonreírle tímidamente. Créalo,
amigo. Un hombre sincero es tan fuerte que sólo él puede reírse
y apiadarse de todo.
ROBERTO ARLT, Fragmento de "La Terrible Sinceridad".
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