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Apoye
mis
manos
sobre
tus
manos,
tratando
de darte
un poco
de calor
a tu
cuerpo
mustio
que
tanto
amaba.
Me
aferre a
ellas
recordando
tantas
caricias
ausentes
y mire
tu
rostro
desencajado
sintiendo
que la
vida se
te
estaba
escapando...
Sentí el
frío
helado
de esa
habitación
mientras
se
dibujaban
en
arabescos
los
latidos
disminuidos
de tu
corazón.
Recordé
tantas
cosas
vividas.
Agradecí
los
momentos
cotidianos
que
compartimos
juntas,
y todo
aquello
que me
diste.
Las
madres
en
esencia
somos
dadoras.
Me
regalaste
una
ultima
sonrisa
y te
dije que
te
amaba.
Me
despedí,
sintiendo
este
dolor en
el
alma...
que
espero
disminuya
con el
paso del
tiempo.
Se fue
el
vientre
que me
dio la
vida,
quien me
acompañó
en cada
momento
importante
de mi
vida,
aunque
no
estuvieses
de
acuerdo.
Para ti
siempre
era...
la mas
buena
las mas linda
la
mejor.
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