Me
asomé a los
balcones de la
vida
para vislumbrar
tu puerto...
esperando que
llegaras.
Entre la brisa
del mar olvide
la pena
y dormite bajo
el murmullo de
las olas...
soñándote.
Hidalgo
caballero
viniste a mi
al son de los
tambores de tu
tierra caribeña
y fuiste sol y
gaviota surcando
mi cielo,
en tu selva
bravía me
incliné
recorriendo tu
cuerpo.
Bebí cada una de
las gotas de tu
aurora,
amanecí en tus
brazos
disfrutando la
dicha de amarte
en las arenas
doradas de tu
playa.
Juntos fuimos
mar bravío
con olas
hambrientas,
aurora y sol
ardiente
devorándonos en
un beso
en un océano de
gozo
con susurros
ahogados...
y
en un ultimo
grito
me quedé sin
palabras.
Cris Carbone |