A Romina, mi hija que el destino por ahora se la llevó lejos...

 

 


 

Me pidió que escribiera mis sentires
las cosas por las cuales yo quería vivir
si es posible que fuera con adornos,
con música, con algo que me hiciera sonreír.
Pensé mucho en mis versos
caminando en la calle cuando salí de verlo.

Mientras el sol, tenue amigo
me abrazaba la cara,
de este otoño que antaño solía disfrutar,
mientras miraba casas y el verde me inundaba
de ese paisaje bello que veía al pasar.
Mis pasos lentos me llevaron y quieta,
inmóvil cual estatua...quise quedarme allí.
Fui feliz por un rato, porque voy a negarlo...
pensé que el destino cambiaria al fin,
disfrutaría la vida que ahora es solo mía
los años que me quedan dejaría de sufrir.

Una luz de esperanza se asomó
tímidamente en mi alma...
pero la cruel realidad dijo presente...
se inundaron mis ojos de llanto
y el dolor de nuevo partió mi corazón.

Perdón pero no puedo contarle mis sentires,
esas cosas por las cuales poder sobrevivir
me queda solo lejos la luz de una esperanza
lo único por lo cual podría seguir.
Es mi hija, mi vida,
la única que ilumina como un faro
soy como un velero en medio de una tormenta,
no me pida tanto...ella solo ahora
es mi objetivo para seguir.


Le prometo, buscaré otros faros,
que se fueron apagando no se porque motivo,
solo necesito un poco mas de tiempo
para encontrarlos.
 


 

 

 

 

 

   

   

 

 

 

 

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